Ahora que llegan los sanfermines, las mejores fiestas del mundo (¿se nota que soy navarro?), quería reflexionar sobre la importancia de celebrar también en el mundo del trabajo.

Las fiestas son importantes en todas las culturas humanas, y con motivo. No hay nada como un encuentro festivo para unir a un grupo de personas, olvidar los malos momentos y motivarles hacia el futuro. Es la ocasión ideal para reforzar mensajes y valores clave, iniciar o finalizar fases de un proyecto conjunto, y fortalecer el sentimiento de identidad común.

Y evidentemente, las celebraciones son grandes generadores de emociones positivas. De hecho, demuestran que el ser humano no tiene por qué esperar a que las cosas le vayan bien para estar contento —puede ponerse de buen rollo simplemente porque así lo decide. ¿Por qué estás alegre? ¡Pues porque es San Fermín, oye!

Toda excusa, por lo tanto, es buena para celebrar –dentro y fuera del mundo laboral. 

Fechas especiales

El calendario laboral está lleno de fechas tradicionales, como el propio 7 de julio, que podemos aprovechar para la celebración. En el mundo empresarial, es una práctica casi universal organizar alguna fiesta en Navidades, y repartir regalos o cestas de comida. Alrededor de Semana Santa, por ejemplo, se puede invitar a las hijas e hijos de los empleados para buscar huevos de chocolate escondidos. ¿Y como no aprovechar el Halloween para disfrazarse? Un banco norteamericano repartió un año más de $2000 en premios para un concurso de disfraces entre el personal, para el cual los altos directivos viajaron de una oficina a otra vestidos de jueces ingleses, con togas y pelucas, para escoger a los ganadores.

Otras ideas: 

  • Aniversarios: En el 20 aniversario de Southwest organizaron una gran fiesta en un aeropuerto de Texas, invitando a políticos, empleados, clientes, aliados y amigos. Músicos célebres interpretaron canciones escritas para la ocasión, y al final se desveló la gran sorpresa: ¡un avión conmemorativo pintado con los colores de Texas!
  • Cumpleaños: En muchas organizaciones se celebran los cumpleaños con los tradicionales regalos, la tarta o alguna pequeña fiesta. En Sci Quest van más lejos y lo regalan como “día libre” para la persona. 
  • El día de los inocentes: ¡La excusa perfecta para gastar bromas a diestra y siniestra! Eso sí, con buen gusto y sin pasarse… Como ya hemos contado en otro post, hay empresas como Sun Microsystems y Google que han llevado muy lejos la tradición de April Fools Day (la variante anglosajona de esta fiesta). Por ejemplo, un año los empleados de Sun Labs reconstruyeron la oficina de su vicepresidente Wayne Rosing –mesa, archivadores, ordenador y foto de su familia— dentro del tanque de tiburones del acuario de San Francisco.
  • Inicio de la estación: Un directivo de Bank of America daba la tarde libre a todos sus empleados al llegar el primer día de sol brillante que anunciaba la primavera. En una oficina de Honeywell Satellite Systems festejaron el inicio de la primavera con un almuerzo campestre, en el que los participantes recibieron de regalo un paquete de cromos antiguos de jugadores de béisbol (un deporte cuya temporada comienza en Abril).
  • Fiestas menos conocidas: En los últimos años se han creado fiestas para todos los gustos. Los matemáticos e ingenieros celebran el 14 de Marzo el “Dia de Pi” (en honor al mágico número 3.14…). Los zoólogos celebran el “Día del Mono” el 14 de Diciembre. Los amantes de la fantasía y la ciencia ficción celebran el 25 de Mayo el “Día del Orgullo Friki”. Y por supuesto está el Día Internacional del Humor en el Trabajo, que nosotros llevamos años difundiendo. No te olvides de celebrarlo!
  • Inventarse un rito: ¿Por qué no?  El día del sombrero (todos tienen que traer algún sombrero, gorro o casco a la oficina), el día de los tirantes, el día del paraguas, el día de las pelucas, el día de los niños (se invita a los hijos de los empleados para que conozcan el lugar en el que trabaja su mamá o su papá), el día de la basura (para tirar papeles y reorganizar archivadores), el día de los 60 (o de los 70, 80…), el día de la playa, el día al revés, el día de los perros (no combinable con ‘el día de los gatos’)…

Retiro anual

Es una buena práctica dedicar un día o más al año a juntar a toda la empresa, a los mandos directivos, o a cada oficina en un rito de pasaje de una fase a otra. Este es el momento de celebrar lo conseguido, reforzar la identidad colectiva, comunicar mensajes importantes, premiar a los que han destacado por su trabajo, aprender de los errores, liberar un poco de estrés y motivarse de cara al futuro. Y por supuesto de divertirse.

  • En Air Nostrum organizaban en una época dos fiestas anuales, una en Navidades y otra en verano, a las que solían asistir entre 600-1000 personas de una plantilla total de 2000 —facilitaban la asistencia de quien quisiera venir con vuelos y hoteles gratis. Desde hace años, además de los contenidos “serios” y los elementos festivos más tradicionales, proyectaban un vídeo cómico elaborado para la ocasión, como una cámara escondida en la que el Consejero Delegado, Carlos Bertomeu proponía a sus directivos ideas tan marcianas como que en la semana de Asturias las azafatas se vistieran con traje tradicional, sirvieran centollos y escanciaran sidra.
  • Numerosas empresas organizan ceremonias de premios en las reuniones anuales. En Southwest, además de los premios serios, otorgan también algunos más originales: al mejor sentido del humor, al empleado con el mejor peluquero, al mejor suegro, a la persona más sincera…. En la editorial Davies Black reparten cada año sus “Premios Agridulces”, para los cuales cualquier persona puede sugerir categorías y nominaciones. Se han dado premios al departamento más sexy, al cliente más difícil y a la mejor excusa para el retraso…
  • Hace algunos años, en la convención anual de Caja el Monte utilizaron un formato tipo Caiga Quien Caiga para mostrar los comportamiento más estúpidos que suelen darse en la organización. Otros años emplearon el formato de Cronicas Marcianas, del “zapping” televisivo y de los Oscar de Hollywood. En este último caso elaboraron para la ocasión escenas de películas clásicas con doblajes muy especiales. Aparecía por ejemplo Mel Gibson a caballo como Braveheart, gritando “¡jamás nos quitarán la Credimax!” o Julia Roberts en Pretty Woman defendiendo con desdén la implantación de la tarjeta en el pequeño comercio.
  • En las convenciones internas de Google, el entretenimiento lo ponen los mismos googlers. Se organizan concursos de baile, de canto y otros talentos escénicos entre los equipos de los distintos países, y un jurado elige al equipo ganador. En una convención de los paises EMEA (Europa, Medio Oriente y Africa), se montó el evento “Happy Feet”, una competición entre bailes más o menos relacionados con cada cultura nacional. Tenemos que decir que España ganó el segundo premio con un espectáculo de flamenco entre lo cañí y lo moderno, empatando con el impresionante baile a lo “Bollywood” del equipo indio, y superada sólo por los ingleses con sus bombines.
  • Estas celebraciones son buenos momentos para organizar algún tipo de juego o actividad conjunta lúdica, desde una cata de vinos a un taller de habilidades circenses, pasando por las ya clásicas aventuras outdoor en naturaleza o alguna sofisticada gymkhana urbana. Incluso dentro de la oficina es posible organizar eventos memorables. En un edificio de EDS, por ejemplo, se montó un torneo de mini-golf en el que cada departamento se encargó de diseñar uno de los hoyos con carpetas, sillas, mesas y otros materiales de oficina como “obstáculos”.
  • Una de las ideas más impactantes que hemos conocido la puso en práctica la compañía Quaker Oats, fabricantes de cereales y otros productos de alimentación. En medio del evento, el directivo Marc Schwimmer finge haberse olvidado su presentación de Power Point. “Esperad un momento, que voy a por ella” dice. Baja del escenario, cruza toda la sala y sale por la puerta de atrás. La pantalla de vídeo muestra a Marc bajando unas escaleras, corriendo por un pasillo, bordeando la piscina del hotel y cruzando el campo de golf hasta llegar a su habitación. Tras una búsqueda infructuosa entre los papeles de su mesa, Marc exclama “¡Menudo desastre, me la he dejado en la oficina!” y sale disparado de la habitación. La cámara le sigue mientras corre por un bosque, por un campo con vacas, junto a la carretera, viendo como pasan señales que dicen “Chicago 75 millas”, “Chicago 25 millas”, etc… hasta llegar a la ciudad en la que se encuentra su despacho. Zigzaguea entre miles de personas en el centro de la ciudad, llega hasta el edificio de Quaker Oats, sube 18 pisos a pie hasta su oficina y recoge su presentación –no sin antes abrir un cajón y meterle un ‘lingotazo’ a una botella de Aunt Jemima. Entonces se repite la carrera a la inversa por el centro de Chicago, la carretera, el campo de vacas y el bosque. Al llegar al hotel se resbala y cae a la piscina, pero mantiene la presentación sobre el nivel del agua, nadando hasta salir por el otro lado. Finalmente llega a la sala de conferencias, se abren las puertas y aparece Marc con pose triunfal (y con el pelo mojado, pero la ropa misteriosamente seca), recibiendo una enorme ovación del divertido público. Al llegar al podio, Marc dice “Bueno, seguramente tenéis aun menos ganas de oír el resto de la presentación que yo tengo de darla, o sea que vamos a pasar a las Olimpiadas de Quaker Oats.” Entonces invita a todos los participantes a abandonar la sala, y fuera del edificio se descubre que han preparado una serie de competiciones “olímpicas” con los productos de la empresa (tipo “el lanzamiento de tortitas Aunt Jemima”) para pasar así el resto de la tarde. ¡Sencillamente genial!

Celebrar los hitos

Quizás el mejor momento para celebrar es al final de un gran esfuerzo, cuando todo un equipo comparte la satisfacción de haber terminado un proyecto o haber alcanzado un objetivo importante. En procesos continuos, puede celebrarse la consecución de algún bonito número redondo.

  • Southwest celebró el inicio de vuelos desde el nuevo aeropuerto de Baltimore invitando a 49 niños a visitar el zoo de Cleveland ($49 era el precio del billete normal). Antes del vuelo inaugural a Las Vegas, que coincidía con el 58 cumpleaños de Elvis Presley, los 58 ganadores de un concurso de imitadores de Elvis deleitaron a los pasajeros con sus canciones, tupés y movimientos pélvicos. Ante la puesta en marcha de un nuevo modelo de avión de última generación de Boeing, se celebró una cena con la actuación de Bob Hope y la presencia del General Chuck Yeager (el primer piloto en romper la barrera del sonido). El pasajero “un millón” en volar sin billete de papel, el Doctor Gregory Doane, recibió un divertido homenaje antes de despegar en el aeropuerto de Phoenix –con globos, confeti, champán y una serenata por parte de unos empleados de Southwest vestidos de smoking.
  • A menor escala, el éxito de un empleado o un equipo puede celebrarse con un pequeño desfile triunfal de un minuto de duración. Se organiza en secreto, anunciándolo con tiempo a todos los participantes, pero sin que se enteren los homenajeados. Pueden emplearse música, disfraces, serpentina, carteles, “pasos” improvisados… todo lo que sirva para causar un impacto y realzar la importancia del hito conseguido.
  • Una empresa de Minnesota celebra pequeños éxitos con un “High Tea” (una sesión de té de estilo aristocrático británico) que reemplaza el clásico descanso del café. Cada empleado trae una taza especial y se pone un sombrero para la ocasión. Se sirve el té desde una tetera especial, y por supuesto pastitas artesanas para acompañar. 
  • En la consulta dental Youthful Tooth, cuando un problema se ha resuelto, queman las circulares sobre el asunto en una pequeña pira.
  • Hasta los éxitos más pequeños pueden celebrarse. Un brindis, un aplauso, un bailecillo, un sencillo choque de palmas. O, ¿por qué no? un grito de guerra original de tu departamento u organización. 

Esperamos que estas ideas os estimulen la creatividad. Y ahora, rápido —¡a celebrar! Aunque sea un no-cumpleaños. 


Adaptado de nuestro libro Alta diversión: los beneficios del humor en el trabajo

1 Comment

  1. Lic. Roberto Martínez el 2 julio, 2019 a las 2:57 pm

    Está muy bueno el artículo, hay que ver qué se adapta para poder aplicar acá. Saludos desde el frío Uruguay.

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