La motivación es una de las principales claves del éxito empresarial. Queremos que nuestros empleados no sólo fichen en sus puestos, sino que además se vuelquen en su actividad con ganas, ilusión, entusiasmo y –la palabra del momento– engagement. La retribución, los ascensos, el aprendizaje y los beneficios que la empresa proporciona a los trabajadores son elementos básicos de esta ecuación. También encontrar un sentido al trabajo, una misión con la que comprometerse.

Pero en este post, queremos hablaros sobre un elemento más, que no suele citarse mucho (quizás por pudor), pero que algunas de las empresas más admiradas del mundo, como Google o Southwest, tienen muy en cuenta: el humor y la diversión. En otras palabras, aquellas actividades que provocan la risa.

Es bien sabido que la risa reduce el estrés y las emociones negativas. Pero además, en el mundo de la empresa, hay muchas personas que la consideran un potente motivador natural:

“Un entorno animado se caracteriza por la risa –el entusiasmo de formar parte de un equipo y estar dispuesto a probar prácticamente cualquier cosa para mejorar el servicio o el producto.”  –Tom Peters, gurú del management

«Un entorno de trabajo estimulante, creativo y divertido potencia la energía individual y la satisfacción con el trabajo. La gente que se divierte más en el trabajo normalmente trabaja más y obtiene mejores resultados» – Peter Lewis, Director General de Progressive Insurance

“El mundo empresarial ha vivido alejado del humor. No en vano, negocio proviene de ‘negación del ocio’. Craso error. Sin humor no hay ilusión y sin ilusión no hay empresa.” -Fernando Trias de Bes, Escritor y economista

“Las empresas empleamos enormes esfuerzos para motivar a nuestros colaboradores y eso está bien, pero hay algo mas barato, directo y efectivo: ¡el buen humor se contagia!” -Carlos Bertomeu, Consejero Delegado de Air Nostrum

Evidencias empíricas

No se equivocan. Cada vez tenemos más evidencias empíricas de que las emociones positivas nos estimulan y nos preparan para el trabajo. De hecho, esta es la base de la teoría Broaden and Build («Ampliación y Construcción») de Barbara Fredrickson, el actual paradigma que explica la función evolutiva de las emociones positivas. Mientras que las emociones negativas nos preparan para la lucha o la huida, las positivas nos disponen a ampliar y construir recursos para el futuro: conocimientos, habilidades, relaciones sociales, innovaciones, productos y servicios.

La risa es una de las experiencias más placenteras de la vida. El doctor Allen Reiss y su equipo de investigadores de la Universidad de Stanford han comprobado que el disfrute del humor estimula los centros de recompensa mesolímbicos y libera la dopamina, una droga natural que nos obsequia con placer al obtener un bien preciado o deseado. El sistema dopaminérgico se activa, por ejemplo, cuando una persona obtiene una ganancia inesperada de dinero o cuando observa un rostro atractivo. 

Esto significa que cualquier actividad que incorpore una buena dosis de diversión se vuelve más motivadora. Y numerosos estudios experimentales han encontrado que, en general, las emociones positivas motivan más a los participantes a realizar tareas difíciles, a persistir más en ellas y a obtener mejores resultados. Basta que estas tareas tengan sentido para ellos y no parezcan imposibles de realizar.

Un metaestudio sobre el humor en el trabajo ha confirmado también la consecuencia lógica de que el uso del humor se asocia con mejor desempeño.

Gamification

Hace algunos años, Volkswagen emitió una serie de anuncios sobre su «Fun Theory» –la teoría de que una tarea difícil se vuelve más apetecible si es divertida:

Este poder motivador de la diversión ha dado lugar a toda una industria de gamification o ludificación, que se dedica a introducir elementos de juego en entornos como la educación, la salud o el marketing. Por ejemplo, igual que en el anuncio de Volkswagen, numerosas apps han surgido para animar a la gente a hacer más ejercicio, desde propuestas más sencillas como Nike+, que te recompensan con puntos y audios de celebración por cada hito, hasta juegos más sofisticados que te hacen correr para conseguir premios virtuales (como el célebre y controvertido Pokemon Go) o incluso para escapar de zombis

En el mundo del trabajo, también existen mil formas de convertir el trabajo en un juego.  Mucho antes de que se inventara el término de gamification, muchos trabajadores se buscaban formas de transformar sus tareas rutinarias en algo más interesante.

En una división de ventas de IBM, por ejemplo, instalaron un gong que hacía sonar la persona que conseguía una venta importante. Acto seguido, se acercaba a un hipódromo en miniatura instalado en la oficina y sacaba su “jinete” de la jaula, que iba avanzando por la pista con sucesivas ventas. El ganador o ganadora del día se hacía una fotografía con el VP de ventas y recibía el honor de poder escoger a la persona que la mañana siguiente tocaría el tuba durante la canción de ventas con la que iniciaban la jornada. Por cierto, nadie en el equipo sabía tocar el tuba de verdad.

Hoy en día, existen cientos de iniciativas en empresas de todo el mundo que han tratado de ludificar sus procesos, muchas de ellas con aplicaciones tecnológicas. La que más nos ha gustado es la de una agencia de publicidad que ha conectado su sistema de hojas de tiempo (un papeleo burocrático aburridísimo que tienen que rellenar los empleados al final de cada semana) a un frigorífico lleno de cerveza que se abre cuando la última persona entrega su hoja. ¡Qué gran forma de acabar la semana!

Todo el mundo quiere trabajar en Google

Quizás la prueba más clara del efecto motivador del humor es que las empresas con culturas divertidas atraen al mejor talento, y lo retienen. Cada año, el Instituto Great Place to Work elabora para la revista Fortune un lista de los mejores lugares para trabajar. Su metodología es realizar encuestas anónimas a los propios empleados de las empresas, para determinar los lugares mejor valorados. Entre otras cuestiones, se les pregunta si su empresa es un lugar «divertido para trabajar.»

En las empresas seleccionadas para el Top 100, el 81% de los empleados afirmaron que sus empresas eran lugares divertidos. Por otro lado, las compañías más llamativas por su cultura «Fun» muy a menudo entran en el ranking de Great Place to Work. Google y Southwest, dos de las empresas más divertidas de la historia, ambas han llegado al puesto número 1.

Evidentemente, se trata de una enorme ventaja competitiva en el mercado del empleo. El Departamento de Selección de Google recibe nada menos que 2 millones de solicitudes al año, pudiendo así permitirse el lujo de ser muy, muy selectivo. De hecho, se ha estimado que es 10 veces más difícil conseguir un trabajo en Google que entrar en Harvard, según el ratio de solicitudes a puestos de trabajo. Algo parecido sucede en Southwest, donde solo contratan al 2% de las personas que solicitan ahí un puesto –por cierto, una de las 3 características que buscan en cada candidato, junto con un «espíritu guerrero» y un «corazón de servicio» es una «actitud divertida».

Desde luego, se nota que no les falta a los que aparecen en el vídeo.


Adaptado de nuestro libro Alta diversión: los beneficios del humor en el trabajo (Alienta, 2008)


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