El otro día me hizo ilusión ver que el libro de Sergio de la CalleDivertirse Trabajando” aparecía en el 2º puesto de libros más vendidos en la T4 del aeropuerto de Barajas, y su primer libro “Liderar con humor” en el 12º.

No sé si este hecho significa que los fans de Sergio vuelan mucho, o si sus libros realmente se están vendiendo como las rosquillas, pero en cualquier caso me parece un síntoma de que esto del humor en el trabajo se va tomando cada vez más en serio. En estos tiempos tan sombríos, me parece una noticia a tener en cuenta. Al fin y al cabo, ¿qué mayor derrota a la guerra, la pandemia y las crisis económicas que la sonrisa?

Si no conoces estos libros, te advierto que pueden cambiar tu forma de ver ese mundo laboral que tanto solemos dramatizar. Yo en sus páginas he conocido un montón de ejemplos de empresas y directivos que han entendido que el ingrediente secreto de las mejores empresas es la “chispa” que proporciona el sentido del humor.

¿Quieres divertirte más en el trabajo?

¡Pues sal corriendo urgentemente a la librería de la T4 (o a la que te pille más cercana) y hazte con un ejemplar! De momento, cuelgo a continuación el epílogo que le escribí a Sergio para “Divertirse trabajando”. Me lo pidió cuando él aún era menos famoso que yo y pensaba que mis palabras le ayudarían (Para el próximo que escriba sobre estos temas, ¡me tendrá que escribir uno él a mí!).

El ingrediente secreto 

¿Conoces la fórmula secreta de la Coca-cola? No, claro, cómo vas a conocerla… ¡por algo es secreta! Pero si te pregunto cuales son los dos ingredientes fundamentales, estoy seguro de que inmediatamente me responderás: agua y azucar. 

De hecho, la fórmula original de la Coca-cola se compone de estos dos ingredientes en un 99% —-algunos dicen un 99,6%. Pero aunque dieras con el porcentaje exacto de agua y azucar, quedarías muy lejos de mezclar, en tu coctelera, algo parecido a una Coca-cola. Ese otro 0,4% es lo que marca la diferencia: la “chispa” que transforma un vulgar jarabe en un refresco que triunfa en todo el mundo (para gran regocijo de los dentistas). ¿Te pica la curiosidad de saber qué contiene ese otro 0,4%? Pues antes de que termine este epílogo, te lo voy a contar. Sí, sí… ¡Voy a revelarte el mítico secreto de la Coca-cola! O sea que presta atención. 

En este libro, Sergio de la Calle describe el humor como el ingrediente secreto de las empresas que molan. Sergio sabe de lo que habla, en la teoría y en la práctica. Y sabe también que esa “chispa” debe representar también el 0,4% (aproximadamente) de la actividad de una empresa. Lo fundamental, el 99,6%, es todo lo demás, lo que te enseñan en cualquier MBA: diseñar y poner en marcha un plan de negocio sensato, ofrecer al mercado calidad, innovación y buen servicio, minimizar los costes, etc, etc. Sobre todo, para triunfar, es previsible que tengamos que trabajar, como decía Chiquito, más que el chapista de Mazinger Z. 

Lo que sucede es que no basta con esto. O más bien: puede bastar, pero menudo rollo. Sin la chispa del humor, cualquier proyecto puede volverse, en poco tiempo, estresante, desmotivador y poco apetecible para empleados, clientes y cualquiera que se le acerque. El sentido del humor no serán los cimientos de una empresa, ni parte de su armazón, pero el toque decorativo que aporta es justamente lo que puede diferenciarla y volverla atractiva. Ayuda a crear un espacio en el que esté permitido sonreír y bromear (y por lo tanto generar relaciones más fuertes), jugar y decir tonterías (y por lo tanto innovar), reírse de los inevitables fracasos (y por lo tanto estresarse mucho menos). 

Contar un chiste no puede salvar una conferencia mal escrita, disculpar a un jefe tirano o disimular un servicio chapucero. Pero sí puede reforzar el mensaje clave de una conferencia bien redactada y ensayada. Sí puede ayudar a un jefe que tiene la confianza de su equipo a motivarlo en un proyecto complejo. Sí puede añadir un toque de distinción en la relación con el cliente que refuerce su fidelidad a la marca. La estrategia del humor funciona mientras funcione todo lo demás –no a la perfección, porque eso aun no lo ha visto nadie, pero al menos razonablemente bien. 

Lo que el humor puede conseguir es mejorar lo que ya funciona y ayudar a aguantar lo que no. Southwest nunca habría llegado a ser la segunda mayor aerolínea del mundo si no hubiera ofrecido unos precios más bajos que gran parte de su competencia. Se fundó con la idea de minimizar costes y precios, estableciendo para ello numerosas y complejas estrategias y estructuras internas. Pero sin duda, una de las claves fue también el estilo desenfadado e incluso lúdico de los asistentes de vuelo que cita Sergio en este libro. Gracias a la relación cercana con los pasajeros, Southwest era capaz de ofrecer un mejor servicio que la competencia (un trato más humano y divertido) con menos personal a bordo (o sea, con un coste más bajo). Y además, los asistentes de vuelo obtenían con su simpatía una mayor obediencia de los pasajeros, que por lo tanto embarcaban y desembarcaban a mayor velocidad, mejorando niveles de puntualidad (mayor satisfacción del cliente) y aumentando el número de vuelos que un mismo avión podía realizar en un sólo día (de nuevo, permitiendo reducir costes). Una combinación de seriedad y diversión realmente imbatible.

Sergio en este libro ofrece muchas pistas para inspirarte y desarrollar tu propia chispa, la de tu equipo y la de toda tu empresa. Son solo ideas, y tendrás que desarrollar tu propia fórmula, tu propio ingrediente secreto. El humor es así de particular —de hecho, he ahí su gracia. Te animo a que experimentes con ello y disfrutes como un enano, sin pasarte de ese 0,4%, claro.

Pero llegados a este punto seguro que lo que te interesa de verdad es conocer lo que lleva la Coca-cola además de agua y azucar. Y si has leído hasta aquí, te lo mereces. Los ingredientes secretos son… cafeína, ácido cítrico, extracto de vainilla, zumo de lima, extracto de coca, alcohol, naranja, canela, limón, cilantro, nuez moscada y aceite de flor de naranjo. Eso sí, confieso que lo he sacado de Wikipedia, donde está ya casi todo, y donde también puedes ver los porcentajes de cada ingrediente. O sea que ya no es tan secreta esta “fórmula secreta”.

Pero, ¿ves? El propio misterio alrededor de la fórmula de la Coca-cola es un guiño divertido que sigue dándole interés a una bebida que, para ser sinceros, no te deja más que caries y ganas de eructar. Y haberte hablado de todo ello ha vuelto más ameno, espero, un epílogo que de lo contrario podría resultar un bodrio infumable. 

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