Todo el mundo sabe que reír relaja los nervios. Según Herodoto, hasta los faraones egipcios lo tenían en cuenta:

«Si el hombre insistiera en estar siempre serio y nunca se permitiera un poco de diversión y relajación, se volvería loco o como mínimo tendría un ataque de apoplegia. Yo esto lo sé bien y por eso divido mi tiempo entre las dos cosas.»

– Ahmose II, Siglo VI A.C. (En el Libro II de las Historiae de Herodoto)

Desde hace algunos años, tenemos también pruebas científicas de esta antigua intuición. Numerosas investigaciones han demostrado, una y otra vez, que la risa inhibe el estrés, ese mal pandémico de nuestra sociedad, considerado ya como una epidemia global.

De hecho, el efecto es tan potente que algunos estudios han encontrado que 20 minutos de ver un vídeo cómico fueron más eficaces que 20 minutos de ejercicio físico vigoroso a la hora de reducir la ansiedad. Además las personas que ríen experimentan una mejora en su estado de ánimo, más esperanza, mayor interés en tareas repetitivas y menos ansiedad, ira y tristeza. 

¿Qué es realmente el estrés?

El estrés no es algo negativo en sí. Al contrario, es absolutamente necesario para tu supervivencia. Es parte del ingenioso sistema de “lucha o huida”, diseñado por la evolución para protegernos de amenazas físicas como los tigres prehistóricos con dientes de sable:

  • El corazón y los pulmones bombean más fuerte, llevando sangre a las extremidades y oxígeno a todo el organismo.
  • Se libera glucosa para dar más energía a los músculos.
  • Las pupilas se dilatan.
  • Se inhiben procesos secundarios como la digestión, la sexualidad o la salivación.
  • En definitiva, nos prepara para la acción.

A Indiana Jones, por ejemplo, le viene siempre de perlas…

¡Corre, Indi!

Cuando se te cae encima un templo Maya, activándose trampas con dardos envenenados y liberándose un pedrusco de diez toneladas diseñado para aplastarte, no es el momento para hacer un brainstorming. Hay que darse maña, YA. Para eso sirve el estrés.

El problema es que hoy en día, la mayoría de los estresores no son ni pedruscos de diez toneladas ni tigres con dientes de sable. De nada nos sirve que la sangre abandone el cerebro y se nos vaya a las extremidades cuando nos convocan a una reunión sobre recortes de gastos o se nos bloquea la pantalla del ordenador. Es el momento de dar con soluciones creativas, no de trepar por los árboles ni de liarnos a patadas con tigres prehistóricos. Aunque el director de finanzas se nos ponga como una fiera…

Comportamientos prehistóricos

Sin embargo, seguimos comportándonos exactamente como nuestros ancestros. He aquí un clásico ejemplo de reacción lucha-huida ante un problema informático:

Y no es solo una broma. En estudios sobre el computer rage (la «ira del ordenador»), el investigador Kent Norman comprobó que los comportamientos violentos hacia nuestros aparatos informáticos es bastante habitual. En respuesta a un cuestionario…

  • el 5% de participantes confesaron haber roto la pantalla del ordenador a propósito
  • el 7% reconocieron haber tirado el ordenador al suelo
  • el 12% habían dado alguna vez una patada al ordenador
  • el 40% habían destruido un disco o CD ROM

Y el dato más interesante es que un 75% de los participantes en este estudio reconocían haber insultado verbalmente a su ordenador. O sea que incluso si nunca has tirado tu ordenador por la ventana ni le has disparado ocho veces con una pistola de 9mmTE HA APETECIDO.

Somos así.

El estrés no ayuda

En el mundo laboral, el sistema lucha-huida es claramente contraproducente. Cuando el estresor es tu ordenador, la competencia, un cliente o tu jefe, enfadarnos o salir corriendo puede fácilmente empeorar el problema. Lo que necesitamos es buscar soluciones creativas, y para eso, las emociones positivas son nuestras aliadas.

Pero además el estrés influye sobre la salud física y mental de los empleados, y se asocia con un sinfín de enfermedades y condiciones como los resfriados, los dolores de espalda, la diabetes, la apendicitis, las infecciones respiratorias, la artritis, el herpes, los problemas de corazón y ciertos tipos de cáncer. Un clima de estrés laboral influye decisivamente en el número de bajas por enfermedad y en la capacidad de los empleados enfermos de rendir en un estado físico o psíquico disminuido. 

El humor al rescate

¿Cómo podemos emplear el humor para reducir el estrés en el trabajo? Hay mil maneras, y en este blog dedicaremos numerosas entradas al tema (¡suscríbete para no perderte ni una!).

Pero de momento, un avance: no hay nada más catártico que una guerra de pistolas Nerf.