El humor tiene un gran poder cohesivo, y por lo tanto es un remedio ideal para eliminar las barreras, diferencias y focos de tensión que puedan surgir en el seno de una empresa o de un equipo de trabajo. Un grupo que comparte un chiste o una situación divertida se vuelve más unido, y por lo tanto más eficaz, como han comprobado numerosos estudios.
Por ejemplo, se sabe que los jefes que participan con sus subordinados en intercambios humorísticos consiguen integrarse mejor en el equipo y reducir la distancia jerárquica [1]. Diversos experimentos han demostrado además que los equipos de trabajo que bromean y se divierten no sólo se refuerzan como grupo sino que se vuelven más productivos [2].
En momentos de hostilidad abierta, el humor se convierte en un antídoto para este veneno grupal. Los antropólogos han descubierto que en numerosas sociedades tribales, como en el caso de los Pigmeos Mbuti, existe la figura de un "payaso de la tribu" que entra en acción con sus bromas y tonterías cuando surgen peleas entre miembros de la tribu [3]. La misma técnica sigue siendo eficaz en las corporaciones del siglo XXI [4].
[1] Duncan, W.J. y Feisal, Hilip, "No laughting matter: Patterns of humor in the workplace" Organizational Dynamics, Vol. 17, 1989, pags. 18-30.
[2] Por ejemplo, Pollio, H.R. y Bainum, C.K. "Are funny groups good at problem solving?" Small Group Behavior, Vol. 14, N. 4, 1983, pags. 379-404.
[3] Turnbull, Colin M. (1965) Wayward Servants: The Two Worlds of the African Pygmies. New York: Natural History Press, pag. 182.
[4] Perret, Gene (1989) Using Humor for Effective Business Speaking. New York: Sterling, pag. 30.