Para que una empresa funcione con la coherencia, eficacia y agilidad de un único individuo, es fundamental que los canales de comunicación fluyan perfectamente entre personas, departamentos y divisiones. A menudo, sin embargo, los mensajes más importantes se atascan en puntos conflictivos del organigrama, se expresan tan mal que causan más problemas de los que resuelven, o sencillamente se pierden en la tormenta de información que caracteriza a muchos entornos corporativos.
El humor desempeña un importantísimo papel en la comunicación humana, ya que permite atraer la atención del público, reducir las tensiones y las distancias que puedan obstaculizar el intercambio de información, y suavizar el impacto negativo de mensajes problemáticos.
Los oradores más experimentados saben que si hacen reír a su público con una broma ingeniosa y pertinente, conseguirán en muchos casos que su discurso tenga un impacto y un poder persuasorio mucho mayor [1]. Una de las razones es el placer que produce la risa en los oyentes, una especie de "regalo" emocional que reciben y que seguirán buscando a lo largo del discurso --asegurando así un altísimo nivel de atención e interés. Este "regalo" también derrite algunas de las barreras que puedan existir entre el orador y el público (jerárquicas, de distancia social o ideológica...), al compartir todos juntos un mismo momento de diversión y un mismo punto de vista jocoso.
Pero además, este "regalo" de la risa puede endulzar la amargura de las comunicaciones problemáticas: malas noticias, órdenes, quejas, críticas o confesiones embarazosas. Estudios sociológicos del ambiente del trabajo revelan que este uso del humor puede ser muy útil para optimizar el flujo de la comunicación.[2]
Finalmente, el humor puede servir como escudo para defenderse de los ataques o de situaciones comprometidas que puedan surgir durante la interacción. La autoironía es un recurso fundamental de cualquier persona que deba exponerse en un escenario público [3].
[1] Para una discusión más detallada de los estudios empíricos sobre el tema ver Jáuregui, Eduardo. El sentido del humor: manual de instrucciones. Barcelona, RBA, 2007, Cap. 4.
[2] Ver, por ejemplo, Bradney, P. (1957) "The Joking Relationship in Industry", Human Relations, 10, 179-187.
[3] Ver, por ejemplo, Perret, Gene (1989) Using Humor for Effective Business Speaking. Nueva York: Sterling. pags, 31-32.