Como ya comentamos en nuestro anterior post, el mundo del trabajo ha sido tradicionalmente un lugar gris, rígido y sobrio al menos desde los inicios de la revolución industrial. Y por la mirada que te acaba de echar tu jefe, sospechamos que aun lo sea en muchos lugares. Pero alrededor del cambio del milenio, algunos empresarios decidieron darle una patada a toda aquella formalidad. De pronto, en Estados Unidos, el corazón del Serious Business, la risa, la diversión, y el juego irrumpieron con fuerza en la oficina.

Los pioneros fueron los jóvenes empresarios californianos de la informática, a partir de los años 80. Esta gente innovadora, que creció en la época de los hippies, no se limitó a revolucionar la vida cotidiana de medio mundo mediante la tecnología, sino que además comenzó a cuestionar la forma de gestionar los negocios, con preguntas que podían parecer un tanto impertinentes:

  • ¿Es necesaria la corbata?
  • ¿O trabajaremos más cómodamente en camiseta y vaqueros?
  • ¿Puedo traer mi perro al trabajo?
  • ¿Y la tabla de skate?
  • ¿Eso de llegar puntualmente a las 9 de la mañana es realmente tan importante?
  • ¿O puedo venir y volver a las horas que me dé la gana, con tal de hacer mi trabajo?
  • ¿Invitamos a Kanye West a rapear en nuestras oficinas?
  • ¿Donde colocamos la mesa de ping-pong?
  • ¿Y qué tal un tobogán para conectar el primer piso con el segundo?

Surgen las Fun Companies

A pesar de lo que pudiera parecer, muchos de estos experimentos funcionaron, dando lugar a una proliferación de empresas que ofrecían a sus profesionales, además del salario y los beneficios habituales, un entorno de trabajo divertido: decoraciones estrambóticas, juguetes de oficina, inocentadas programadas, fiestas semanales y la libertad para expresar el propio sentido del humor con sus colegas, o incluso con los clientes. Llegó un momento en el que las empresas, en el Silicon Valley, prácticamente competían por tener la cultura empresarial más lúdica y más humana.

¿Que en Drobox tenéis un piano de cola y salas de reuniones llenas de Lego? Bah, en Facebook hemos plantado un jardín botánico en el techo para montarnos nuestros picnics a diario y jugar al frisbi…

De hecho, no tardaron en aparecer ejemplos de empresas divertidas fuera de California, y en otros sectores como las aerolíneas o las finanzas. Quizás el punto de inflexión llegó cuando una sencilla pescadería de Seattle se hizo mundialmente famosa por sus bromas, sus canciones y sobre todo sus peces voladores. Contra todo pronóstico, la filosofía lúdica de trabajo los alegres pescaderos de Pike Place Market se convirtió en la base de un bestseller del management publicado en 1998, y estudiado por directivos y profesionales de todo el mundo. Incluso se comenzó a notar un cierto efecto de contagio en las organizaciones más tradicionales, que relajaron sus culturas internas con toques de informalidad, horarios más flexibles, sesiones de formación entretenidas y reuniones anuales notablemente festivas.

Uno de los síntomas más visibles fue la revolución en el código de vestir: los «Casual Fridays» o incluso el «Business Casual» permanente comenzó a reemplazar los trajes y la vestimenta formal una vez obligatorias. Incluso en el Reino Unido, donde hasta los años 60 los empleados de la City seguían vistiendo de traje y bombín, el mega-empresario Sir Richard Branson, animó a su personal a vestir como le diera la gana, y en general apostó fuerte por el «Fun at Work» en sus empresas Virgin. Basta verle en este video de 1996, luciendo un sensacional vestido de novia el día de apertura de sus nuevas tiendas de bodas, Virgin Brides.

Paralelamente, y coincidiendo con el cambio de milenio, surgió con fuerza en el mundo académico el campo de la psicología positiva, y con él un nuevo interés en las emociones positivas, la felicidad, y fortalezas como el sentido del humor. Los estudios de esta especialidad han aportado numerosas pruebas empíricas de que las empresas con altos niveles de bienestar personal tienen clientes más satisfechos y sufren menos bajas laborales y menos rotación, y que emociones positivas como la risa proporcionan importantes beneficios en el ámbito laboral.

Consultoras especializadas

Junto con estos inventos empresariales, y con los estudios científicos que los justifican, han surgido numerosas consultoras especializadas en potenciar y aplicar los recursos humorísticos de las organizaciones en el mercado americano. Algunos ejemplos:

También en el mundo hispanoparlante han surgido numerosas iniciativas similares, además de nuestra propia Humor Positivo:

Todo ello sin contar con otros servicios relacionados como la ludificación (gamification), los eventos de teambuilding, y los espectáculos cómicos para empresas, como los que ofrece Divertia Smile Company.

Al mismo tiempo, se han publicado numerosos libros y artículos dedicados al tema de la aplicación del humor y la diversión en el mundo empresarial con títulos como Humor que funciona o  301 Maneras de Divertirse en el Trabajo, (además de nuestro propio y por cierto muy recomendable Alta diversión: los beneficios del humor en el trabajo), y estudios de casos concretos como Nuts! sobre Southwest Airlines o el ya citado Fish! sobre Pike Place Fish. A estos recursos se suman iniciativas peculiares como las tiendas dedicadas exclusivamente a los juguetes para la oficina, o una exitosa productora de videos de formación empresarial liderada por uno de los cómicos más célebres del mundo, John Cleese de los Monty Python.

Por no hablar del «Fun at Work Day» o Día de la diversión en el trabajo, que gracias a nuestros abnegados esfuerzos en Humor Positivo, desde 2008 ya celebran cientos de empresas españolas cada año.

Más que una moda pasajera

Hoy en día, y a pesar de la crisis económica que comenzó en 2008, la tendencia se ha ido consolidando por todo el planeta. El Great Place to Work Institute, una organización independiente que elabora una lista de las mejores empresas para trabajar, cita la diversión en el trabajo como uno de sus criterios más importantes. Alrededor de la economía startup han crecido miles de espacios de co-working como los de Impact Hub o Wework, escuelas de emprendimiento y de innovación como Hyper Island, Kaos Pilot, la D-School de Stanford o en España Teamlabs, y un sinfín de blogs e influencers con una visión del trabajo como aventura, y donde la diversión juega siempre un papel fundamental. Basta googlear «Fun at Work» para descubrir una infinidad de propuestas, ideas e iniciativas sobre el asunto, incluso de medios tan serios como Forbes o Business Insider.

Más en general, la felicidad y el bienestar en el trabajo, asociado a conceptos como el engagement, el flow, y los horarios flexibles, se ha convertido en un tema candente en el mundo de los recursos humanos. En una encuesta de ADECCO sobre este tema, más de la mitad de los 3.500 empleados encuestados consideran que la felicidad laboral no es una moda pasajera. Aunque hay que decir que solo el 10% de los trabajadores europeos se sienten activamente implicados («engaged») en su trabajo, lo cual significa que aun queda mucho por hacer en este sentido.

Afortunadamente, siempre hay formas de encontrarle una chispa a tu trabajo, seas Guardia Real de la Reina de Inglaterra o limpiadora de unos baños públicos…


Adaptado de nuestro libro Alta diversión: los beneficios del humor en el trabajo.


 

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